"La época que vivimos
no favorece el amor"
El psicoanalista Claudio Barbará inició un Seminario
denominado “Las Mujeres, el Amor y el Sexo” en la sede de AUN-PSI (Espacio de
Orientación y Tratamiento Psicológico), ubicada en Castelli 531, Lomas de
Zamora. Luego del primer encuentro, Barbará dialogó con Noticias de Lomas sobre distintos aspectos de esa temática.
-¿Cuál es el objetivo del Seminario?
-La idea del Seminario es acercar un saber, que no
es popular y puede ser complejo, a la comunidad en general. La temática en sí,
que es la mujer en relación con el amor y el sexo, surge en función de
cuestiones que han venido pasando en nuestra sociedad en los últimos años con
respecto a la mujer, la cuestión de género, bueno…, ya sabemos que hay malas
noticias cada tanto de maltratos, la trata, etc. La intención es iluminar
humildemente digamos, desde la perspectiva del psicoanálisis. Queremos que
ayude como herramienta para pensar la cuestión de la mujer, que excede a la
mujer misma. Es algo que anda dando vueltas en la sociedad como intriga y como
necesidad de saber, porque el Seminario tiene una muy buena repercusión, no
solo por los asistentes sino por otras instituciones que nos han llamado.
- ¿Cuáles son los problemas, las consultas más
frecuentes que le formulan las mujeres?
- Si hubiera que ponerle un subtitulo que pudiera
simplificar gran parte de la consulta de la mujer podríamos llamarlo “la
insatisfacción”. A veces muy difusa, a veces muy focalizada. La insatisfacción
no es solamente la insatisfacción sexual, arrastra todos los campos de la vida.
Así como en los varones más bien la consulta está por el lado de la impotencia,
pero la impotencia no es necesariamente la impotencia viril del miembro, sino
la impotencia en “no puedo conseguir trabajo”, “no puedo conseguir una pareja”.
- En la época actual, ¿hay una crisis del deseo
sexual?
- Es un tema muy complejo, no quisiera arriesgar una
frase muy categórica y que se malinterprete. Vamos a decirlo así: la época que
vivimos no favorece el amor, y eso es notable en los fenómenos que los sujetos,
los individuos de cualquier sexo, viven permanentemente. El amor ha caído en
descrédito, y ahí amor lo acerco al concepto de deseo: hay una crisis
importante de eso porque todo, la publicidad, los medios, la televisión,
incluso el cine, van en una dirección contraria de favorecer el amor.
Ahora, ¿es posible retornar a épocas pasadas? Pues no,
nunca se puede volver al pasado. La cuestión es hacia donde nos llevaría esto
en un futuro cercano. No lo sabemos. Sí podemos decir que hay una exaltación de
lo sexual asociado a lo pornográfico. Hay una perversión del deseo, y ese
discurso social que está en todas partes, en Internet, en los medios, es
coercitivo, coacciona, quiero decir que empuja al sujeto a buscar en ese
discurso más bien obsceno la satisfacción que ahí no va encontrar. La
exaltación de la “sexualidad vale todo” va en contra sí del lazo social que es
el amor y el deseo.
- ¿Por qué cree que se producen hoy tantas rupturas
de parejas? ¿Hay cada vez menos tolerancia?
- Se une con lo que veníamos diciendo antes. No
tenemos un modelo del amor en la pareja, eso quedó en el pasado. Cuando se
debilita tan fuertemente en una sociedad un modelo del amor, las relaciones
carecen de ese modelo, entonces vemos el fenómeno que es que las relaciones de
amor duran poco, incluso aquellas que han establecido un lazo certificado
civilmente, que han ido al Registro Civil, a la Iglesia, que han formalizado su
situación, y sin embargo parece que ese lazo parecer ser muy débil para
mantenerlos juntos. A todo esto hay que sumarle por supuesto las exigencias de
la vida, las complicaciones que cada sociedad tiene, que hacen que los sujetos
deban pelear por la vida. Vemos lo que pasa por ejemplo en Europa, en países
como España, donde la gente se suicida porque perdió su casa. Bueno, esos son
fenómenos muy extremos, pero podemos inferir cuántas relaciones de pareja se
están destruyendo en éstos momentos ante las imposibilidades que la sociedad
misma, históricamente, le propone como dificultad para vivir.
- ¿Qué buscan en general mujeres y hombres que se
separan? ¿Vivir lo que no vivieron cuando eran más jóvenes?
- Por ahí un modelo que vende el discurso social,
que propone un sujeto que no tiene historia, eternamente joven, eternamente
viril y potente. O en la mujer, eternamente joven, bella, atractiva, objeto de
deseo. Ud. decía vivir lo que no se vivió…, hay algo del fantasma de que se
puede recuperar el pasado o las vivencias no vividas, este es un fantasma casi
universal. Hay un sector etario, de cierta población con muchos años vividos,
con hijos grandes, que se separan en busca de aventuras como una reivindicación
de que todavía son jóvenes, y se pueden vivir cosas que se han vivido a los 20
años, pero por las consultas, por la experiencia clínica, eso demuestra que tiene
patas cortas. Rápidamente lo que el sujeto viene a decir es: “yo no sé ni por
qué me separé ni sé lo que quiero”. Y hay que empezar a revisar entonces cómo
llegó hasta esa situación. Lo que pensó en su momento fue una salida media
fantasmática digamos, y al poco tiempo se da cuenta de que eso no era ninguna
salida, que se ha agudizado su insatisfacción, su soledad, su falta de
objetivos, su destino.
- ¿Qué se puede hacer entonces para revalorizar la
relación amorosa?
- Vamos a dividirlo en dos cuestiones. Hay algo que
es del orden de lo social, que es un discurso que empuja a contrapelo del amor.
No es un fenómeno de los últimos años, es un fenómeno de las últimas décadas y
se va acentuando como el sujeto lo percibe y lo vive.
Luego está la esfera personal, es decir, qué le ocurre
al sujeto con la cuestión del amor. Está claro que el sujete no va a modificar
solo el discurso de la época. Puede sí interpelarse él mismo, interrogarse él
mismo sobre la cuestión del amor. Y yo como psicoanalista, el mejor consejo que
le puedo dar a alguien es que si está en esas circunstancias, lo mejor es
analizarse. Porque no hay forma de que un sujeto solo salga del laberinto en el
cual se encuentra. Todas las salidas que vea desde su soledad van a terminar en
fracaso, porque uno solo ve lo que quiere ver. Es necesario psicoanalizarse,
con esto no estoy haciendo una masiva promoción del psicoanálisis, porque no es
para cualquiera, habrá quien desee hacerlo y quien desee no hacerlo, y no está
mal ninguna de las dos cosas. Pero es una salida factible seriamente.
- A los adolescentes, ¿les importa el amor?
- Yo creo que sí, porque viven mucho más
cercanamente el fragor del amor digamos. Y se ve en otros fenómenos que no
necesariamente es el amor de pareja, que son las pasiones sociales. Le pongo un
ejemplo que es muy disparatado pero que es notable. La cantidad de mujeres,
adolescentes, jóvenes, que se han vuelto apasionadamente hinchas de un club, y
van a la cancha. Tienen lazos con el club, la camiseta… Eso es muy importante en
una sociedad. Porque en otras épocas, en el club crecía, hacia sus amigos, se
hacia hombre o mujer, y también conocía a su novia y su futura esposa. Antes
era un fenómeno muy raro. La mujer en todo caso acompañaba al hombre, a su
pareja a la cancha, y hoy van por sí solas. Eso es un fenómeno amoroso. No creo
que ahí este el problema, el problema es más para los adultos que para los
adolescentes que, por supuesto, mantienen ciertos ideales, ciertas pasiones.
Por supuesto que habrá adolescentes que tienen dificultades porque es una época
complicada de la vida.
Pero la juventud actual es muy prometedora. Creo que va
contra este discurso tan reinante en la sociedad, que muchos adultos han
aceptado como verdadero e irrevocable, como único, y que ha demostrado su fracaso
absoluto en todo sentido y que estas actitudes de la adolescencia, de la
juventud, justamente reivindican lo contrario.
- ¿Qué recomendación le daría a las mujeres frente
a la cuestión del amor y el sexo?
- La recomendación sería que me parece imprescindible
para abordar temas como la mujer, el amor y el sexo, deponer los prejuicios,
deponer falsas verdades que circulan en el saber común como verdades pero que
hay que encomillarlas, ponerlas entre paréntesis, volver a pensarlas. En esto
aporta una muy buena dosis el psicoanálisis, el psicoanálisis es un discurso
contra prejuicioso, que espera del sujeto la libertad de opinar, de decir, sin
censura o lo que es peor, autocensura. A lo largo de este Seminario deconstruir
esos saberes que se dan como axiomas sólidos, verdades constituidas, eternas.
Desprejuiciarse para empezar a pensar las cosas desde ángulos inesperados, que
les van a parecer muy sorprendentes.
La participación en el Seminario es libre y gratuita. La
inscripción se realiza llamando al 2053 2052 o por mail a
seminario@aunpsi.com.ar
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